miércoles, 19 de agosto de 2015

OSEAS. CAPÍTULO 7.

71Cuando cambié la suerte de mi pueblo,
cuando curé a Israel,
se descubría el pecado de Efraín
y las maldades de Samaría:
obraron de mala fe,
como ladrones que se meten en las casas
o bandoleros que asaltan en despoblado.
2Y no reflexionan que llevo cuenta
de todas sus maldades,
ya los han copado sus acciones,
las tengo delante de mí.


Conjuras de palacio (1 Re 15; 2 Re 14-16) 



3Lisonjean al rey con su maldad,

y con sus embustes a los príncipes;
4todos arden de ira, son como horno encendido
que deja de atizar el panadero
desde que amasa hasta que fermenta la pasta.
5En la fiesta del rey, con la calentura del vino,
los príncipes dan la mano a los agitadores.
6Sí, su corazón es como un horno,
su mente está tramando;
de noche se aletarga su ira,
por la mañana arde como una hoguera.
7Todos abrasan como un horno
y devoran a sus gobernantes.
Todos sus reyes van cayendo
sin que ni uno me invoque.

Alianzas funestas (Os 5,8-14) 

8Efraín se mezcla con los pueblos,
Efraín es hogaza sin volver.
9Extranjeros le han comido su vigor,
y él sin enterarse;
ya tiene los cabellos entrecanos,
y él sin enterarse.
10Su arrogancia acusa a Israel,
pero ellos no vuelven al Señor, su Dios,
a pesar de todo no lo buscan.
11Efraín es ingenua paloma atolondrada:
piden ayuda a Egipto, acuden a Asiria;
12en cuanto acudan echaré sobre ellos mi red
y los abatiré como a pájaros, los atraparé
en cuanto escuche la bandada.

Insinceros e ingratos 

13¡Ay de ellos!, que se me escaparon;
¡desgraciados!, por rebelarse contra mí.
Yo los redimiría, pero ellos me calumnian,
14y no me gritan de corazón,
sino que vociferan en sus lechos,
son devotos de Ceres y Baco
y se apartan de mí.
15Yo adiestré, robustecí sus brazos,
y ellos cavilaban contra mí.
16Se volvían a su dios, eran como arco falso.
Caerán a espada sus príncipes
por la virulencia de sus lenguas,
por sus burlas contra Egipto.

Explicación.

7,1 "Cambiar la suerte" para mejorarla. Al ser tratado el enfermo, se descubre la gravedad de la enfermedad. Añado con muchos autores "en las casas"; lo pide el texto y es tradicional antónimo de "en la calle, en despoblado".

7,2 El verbo zkr tiene aquí sentido forense.

7,3-7 Segundo ejemplo de deslealtad doble: a Dios, porque no cuentan con él en asuntos de gobierno; a los hombres, por las conjuras de palacio y los cambios de dinastía. El texto de la perícopa está mal conservado, aunque sin perturbar algunos datos claros: reyes y príncipes como actores, imágenes del campo semántico del fuego y la ira. Abundan las aliteraciones y juegos de palabras.

       La imagen del panadero y el horno sirve de hilo conductor; quizá encierre alusiones al oficio que nosotros desconocemos. El horno se prepara y se atiza, después se lo deja sin apagar ni alimentar toda la noche, y a la mañana se vuelve a atizar; todo el tiempo mantiene el calor y "algo se cuece". Hasta el momento en que la llama se alza dispuesta a consumir lo que sea. Los conjurados saben esperar el momento oportuno, aprovechan una fiesta de palacio para ponerse de acuerdo. Es un proceso fatal: cortesanos ardiendo, gobernantes devorados, reyes destronados o asesinados; y en todo el proceso nadie se acuerda de Dios. El oráculo refleja los cambios dinásticos violentos después de Jeroboán II.

7,8-12 De la política interior pasamos a la exterior. De hecho estuvieron íntimamente unidas, los cambios de dinastía seguían con frecuencia el cambio de aliado. La alternativa era Egipto o Asiria, y es probable que hubiera en Samaría dos partidos, de egiptófilos y asiriófilos. Lo errado de esa política no era equivocarse de socio, sino meterse en el juego político internacional. Eso era, siguiendo la imagen del panadero, amasarse con otros pueblos, perdiendo identidad e independencia. El resultado, una hogaza sin volver: por arriba cruda, por abajo quemada, por ambas partes estropeada.

        Una vez que el minúsculo reino de Samaría se mete en el juego de las potencias, acaba devorado, sin fuerzas y envejecido. y lo más grave, aunque normal, fue la inconsciencia con que fomentó y asistió al proceso de su desintegración.

7,10 La inconsciencia se traduce en arrogancia, o seguridad orgullosa.

7,12 La red no es mortal para la presa; quizá el atraparlos sea todavía castigo saludable.

7,13-16 La deslealtad se vuelve contra el Señor, y tiene un intenso tono personal. Si se lee sobre el fondo narrativo de Nm 14, es fácil sorprender correspondencias: la calumnia o murmuración, el llanto nocturno, el recuerdo de Egipto, los caídos. Pero el autor no siembra alusiones, su esquema es genérico. No falta la referencia a los ídolos: "Grano y Vino" divinizados (Ceres y Baco). Lo más difícil en el texto es definir el valor de las relaciones sintácticas; parecen predominar las adversativas.

7,13 Cabe la traducción en imperfecto: yo los redimía.

7,14 "En los lechos": compárese con el silencio de Sal 4,5 y el canto del Sal 149,5. El pecado puede ser la falta de sinceridad. En vez de "son devotos" (de htgrr) algunos corrigen y leen "se hacen incisiones" (htgdd).

7,16 "Su Dios", o "al Baal", corrigiendo ligeramente el texto. Es muy dudosa la frase final. Sus burlas de Egipto: serían provocaciones del partido asiriófilo. Serán la burla de Egipto: cfr. Nm 14,13s. La mención de Egipto puede ser la clave de interpretación: en Egipto los hebreos "clamaban" al Señor, él los "redimía"; ahora "llaman" a Egipto en vez de "clamar" al Señor.

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