jueves, 20 de agosto de 2015

OSEAS. CAPÍTULO 9.

Cultos de fertilidad: ni pan ni vino.

91No te alegres, Israel,
no te regocijes como los paganos,
porque te has prostituido abandonando a tu Dios.
Vendiste tu amor en todas las eras de trigo;
2era y lagar no los alimentarán,
el vino les fallará.
3No habitarán en la tierra del Señor,
Efraín volverá a Egipto,
en Asiria comerán manjar impuro.
4No harán libaciones de vino al Señor
ni le ofrecerán sus sacrificios;
serán para ellos pan de duelo,
se contaminarán quienes lo coman.
Su pan les quitará el hambre,
pero no entrará en la casa del Señor.
5¿Qué haréis el día de la solemnidad,
el día de la fiesta del Señor?
6Pues si escapan de la catástrofe,
Egipto los recogerá, Menfis los enterrará;
ortigas heredarán su codiciada plata,
cardos crecerán en sus tiendas.
7Llega la hora de la cuenta,
llega la hora de la paga,
-que se entere Israel-,
por tu gran culpa,
por tu gran subversión.

No valen profetas ni videntes (Jr 28; Ez 13).

El profeta es un loco,
el hombre inspirado desvaría.
8El vidente de Efraín profetiza
sin contar con su Dios;
es trampa de furtivo en sus caminos,
subversión en la casa de Dios.
Se han corrompido profundamente,
como en los días de Gabá,
pero él tiene presente su culpa,
castigará su pecado.

1. Uva en el desierto.

10Como uvas en el desierto encontré a Israel,
como breva en la higuera
descubrí a vuestros padres.
Pero ellos fueron a Baal Fegor,
se consagraron a la Ignominia
y se hicieron abominables
como su idolatrado.
11Como pájaro emigra la gloria de Efraín:
no habrá parto ni embarazo ni concepción;
12aunque críen a sus hijos,
los dejaré sin descendencia,
pues ¡ay de ellos! cuando de ellos me aparte.
13Efraín...*
Efraín entrega a sus hijos al verdugo.
14Dales, Señor; ¿qué vas a darles?
Dales vientres que malparan, pechos secos.

2. En Guilgal

15Su maldad arranca de Guilgal
allí lo aborrecía;
por la maldad de sus acciones
los eché de mi casa,
no volveré a quererlos,
todos sus jefes son rebeldes.
16Herido está Efraín, su raíz está seca, no da fruto;
aunque den a luz,
mataré al amor de sus entrañas.
17Mi Dios los rechazará
por su desobediencia
y andarán errantes por las naciones.

Explicación.

9,1-7a La infidelidad se manifiesta ahora en los cultos de fertilidad. Los productos del campo son de Dios y sirven al hombre para usos profanos y sacros. A Dios ofrece el pueblo harina y libaciones (Lv 2-4), con lo cual agradece los dones recibidos y se asegura otros nuevos. Además del pan profano o neutro y el sagrado, hay otro que contamina, es decir, incapacita para el culto; tal es el compartido con extranjeros en condiciones prohibidas, el del banquete fúnebre y los alimentos excluidos por algún tabú (Lv 11,24-27; Dt 26,14s). Israel intenta asegurarse la fertilidad de los campos por medio de cultos idolátricos, con lo cual traiciona a su Dios y contamina los productos del campo. El castigo: por alejarse del Señor, será expulsado de la patria; por los cultos idolátricos, los campos rehusarán su fertilidad, lo que produzcan no será admitido en el templo de Dios. El pueblo tendrá que comer el pan de luto, por sus muertos en guerra, y el pan contaminado del destierro, y estará privado de las fiestas litúrgicas. Acabará en Egipto y la tierra prometida se volverá un erial.

9,1 Alegría y gozo pueden tener carácter público de festejo. El pecado se denuncia en la imagen recurrente de infidelidad matrimonial y amor venal.

9,2 Era y lagar: Nm 18,30; Dt 16,13; 2 Re 6,27.

9,3 La adúltera es expulsada del recinto doméstico del marido (no es condenada a muerte, como manda Dt 22,22). Como ha ido de un imperio a otro (711), terminará repartida por los dos: o fugitiva en Egipto o cautiva en Asiria.

9,4 Compárese con el rito de las primicias, Dt 26,1-11.

9,6 La catástrofe será la invasión asiria. Si los entierran en Egipto, es que no vuelven a la patria. Sepulcros en Egipto (Ex 14,11) y cardos (Is 7,23-25) en Israel forman una visión lúgubre, final.

9,7 El texto está mal conservado. Cambio el orden de dos versos.

9,7b-9 Profeta, hombre inspirado, centinela son tres títulos del mediador de la palabra divina. Pero "el profeta" oficial de Israel es falso, no cuenta con Dios (texto corregido); con sus falsos oráculos coloca trampas al pueblo. Jue 19-20 narra un caso de perversión en Gabá; pero Gabá es topónimo corriente.

          La última frase sirve de conclusión a la serie sobre la deslealtad, comenzada en 4,1

9,10-14,1 Serie histórica. Comienza en 9,10 una vasta serie histórica que, superando signos formales, alcanza hasta casi el final, 14,1. Esta serie se sobrepone a la otra ordenación formal, que abarca de 4,1 a 11,11. El orden de las piezas no es cronológico: se remonta al nacimiento de Israel (13,13), a la infancia (11,1-11), lo ve adulto (13,1-11); lo contempla en el desierto (9,10-14), en la tierra (10,1-8.11-15) y en otros momentos. Tampoco es sistemática la serie de imágenes, vegetales y animales: uva, pájaro, vid, novilla, niño, hombre. Los hechos históricos descritos o aludidos son ejemplares y fundacionales: fundan y explican actitudes presentes. Los castigos han de servir de escarmiento a la generación presente; de lo contrario, justificarán nuevos castigos. No todas las referencias se pueden identificar.

9,10-14 Una especie de pecado original fue la prostitución sagrada en Baal Fegor (Nm 25), que juntó sexo perverso y muerte violenta. Todavía prolonga su presencia. El castigo está en el plano concomitante de la fecundidad humana.

9,10 En el desierto: véanse Dt 32,10 y Ez 16. Ignominia es mote despectivo frecuente ba´al boshet, se contrapone a la Gloria del Señor. Sus amantes o devotos quedan contaminados, abominables.

9,11 La gloria de Efraín: o es el honor de la fecundidad o es la presencia del Señor (cfr. 1 Sm 4,14-22).

9,13 Es imposible sacarle sentido coherente al texto del primer verso. Teniendo en cuenta las versiones, proponen algunos: "Efraín hizo de sus hijos piezas de caza": es decir, al meterse en guerras peligrosas los hizo objeto de la cacería militar enemiga. El otro verso es paralelo; sólo que "el verdugo" podría ser también un dios a quien se ofrecen sacrificios humanos.

9,14 En forma de petición, pronuncia el profeta una maldición: ¿será mejor la esterilidad que la matanza?

9,15-17 Guilgal está asociado a los comienzos de la monarquía, bajo Saúl. De aquella "raíz" dañada brota la monarquía presente: si entonces comenzó el "odio" del Señor, ahora el "amor" se ha hecho imposible, y las relaciones terminarán en el "rechazo".

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